martes, 31 de julio de 2012

Carta de amor de Paul Eluard a Gala (1930)


"Sé muy bien que no puedo retenerte, que la abominación de la vida en común no es para nosotros, pero siento como si hiciera años que no te tengo. Y he perdido el gusto por la vida, por los paseos, el sol, las mujeres. Sólo he conservado el sabor amargo y terrible del amor..."




Domingo

Mi Gala, porque no podría vivir si no fueras mía. Pienso incesantemente en ti, pero te echo de tal forma de menos que si tuviera dinero me iría a vivir al hotel. No sabes, te sería difícil hacerte una idea de la atmósfera de este apartamento que en verdad quise para ti y que tan poco has vivido y en invierno. Y los alrededores, la esquina de la calle que hemos doblado juntos, todo lo que he soñado: dónde llevarte, tus vestidos, tu placer, tu sueño, tus ensueños, todas las torpezas que he cometido, todo lo que deseaba reparar.

Gala, Char, Eluard y Nush, Cadaques (1930).

Todo es siniestro, todo es horrendo. En mí la idea de la muerte se mezcla más y más con la del amor. Te creo perdida. ¿Por qué estás tan lejos? Hace diecisiete años que te amo y tengo todavía 17 años. Todavía no he hecho nada y no veo más porvenir que a los 17 años. Hoy la idea de la desdicha ha nacido con el amor por ti, sin salud. No sé discernir mejor que otras veces lo que hace falta para conservarte, para tenerte, para que me ames del todo. ¿Por qué estás tan lejos? El hecho de no recibir el telegrama que te pedí durante cinco días me había trastornado espantosamente. Y cuando anoche recibí el telegrama me quedé como un estúpido, ya no me aportaba nada. Me dejaba todo mi pesar, todo mi tormento imbécil.
Si supieras cuánto deseo verte, cuánto me gustaría tenerte conmigo como te tuve el año pasado en Cannes. Sé muy bien que no puedo retenerte, que la abominación de la vida en común no es para nosotros, pero siento como si hiciera años que no te tengo. Y he perdido el gusto por la vida, por los paseos, el sol, las mujeres. Sólo he conservado el sabor amargo y terrible del amor.
Pero no te entristezcas. Tenía, ya ves, que decirte todo esto. Ya te he escrito dos cartas pesimistas y no las he echado. Pero no debo callar, o estoy irremediablemente perdido.
Nush, posando para Dalí, Cadaques (1930)

Cécile tiene escoliosis (desviación de la columna vertebral). No es grave, siempre que se cuide mucho. El otro día fui con ella al cine y me impresionó mucho su melancolía, su debilidad. Entonces insistí en que fuera enseguida al médico. Evidentemente, tendré que vender la casa a cualquier precio, o hipotecarla. Porque tiene que ir a Suiza a reposar unos meses. Esperaba vender a Noailles el Picasso de Pierre , pero entre ese personaje y yo ya no hay nada que hablar. La Galería Goemans está cerrada. Keller , Ratton, etc... nada que hacer. Los objetos y los cuadros son invendibles, incluso a bajo precio.
Y lo peor es que no puedo ir a verte. Es demasiado caro. He pagado al carpintero. Pierre quiere que le pague sus 23 000 f, pero no quiero darle ni un céntimo. Tendrá que aceptar objetos o le devolveré el Picasso. Vendo libros. De momento es lo que más da. Sobre todo nuestros libros. Tu ejemplar de Au défaut du silence, por ejemplo, vale muy caro. A Breton le ofrecen 10 000 frs por tu ejemplar en china n.° 1, encuadernado por Legrain con documentos, Los campos magnéticos. Etc... Mi colección de «Littérature» puedo venderla por 5 ó 6 000. Entiéndeme bien, mi niña hermosa, mi niña querida de ojos y sexo siempre nuevos, en todas estas cuestiones de dinero lo único que me mata es no poder ir a Málaga. Estar inmovilizado por eso, cuando tan alto es mi tormento amoroso. Y tenemos tantas cosas: sociedad, casa, objetos, cuadros, etc...

Si pudiera estrecharte entre mis brazos volvería a ser el que he sido para ti en algunos momentos. Te adoro, sólo tú existes desde toda la eternidad. Maiakovski se suicidó por penas de amor, por una mujer que se ha casado con un diplomático polaco. Pero en la carta que ha dejado no dice una sola palabra sobre esta mujer, y a su mujer, a la hermana de Ella, le dice «Lili, ámame». Lloré al leerlo. Tú lo sabes.
Crevel, nuestro desdichado amigo, está en París, más trágico que nunca. Tiene el costado espantosamente disminuido. Escríbele a Rue Becquerel. No sé bien sus señas. Ivonne Georges ha muerto. Cahen, el arquitecto encargado de mi casa, ha muerto. Noll está agotado. Creo que no volveremos a verle. La mujer que vivía con Breton se ha ido pretextando que es una mujer y no una niña.
Ella está peor que nunca, desmoralizada por el suicidio de Maiakovski. Le ha dado su smoking a Char, que es exactamente de la misma talla. ¿Habéis recibido los libros de Char? En caso afirmativo, dale las gracias diciéndole que te han tardado mucho en llegar. Aún vive conmigo, encantador pero terriblemente sombrío. Voy continuamente al cine, solo, por la oscuridad. Espero enviarte Ralentir travaux un día de estos. Es un libro que está muy bien, pero bastante triste. Mi pequeña Gala, hermosa, querida mía, maia dorogaia, mi pequeña, mi amor, me muero de estar sin ti.


Paul


 Carta de amor de Paul Eluard a Gala (Abril de 1928)

Carta de amor de Paul Eluard a Gala (1930)

Carta de Paul Eluard a Gala (Niza, 1934)

Carta de Paul Eluard a Gala (1945)

 

  

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Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.
Otros poemas de
Mercedes Escolano


 










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